23 mar 2010

YEGUA Y POTRICO


Representación de infantería y caballería cristianas.
Beato de Thompson Morgan.
BIBLIOTECA LEONESA DIGITAL. www.saber.es

La historia que viene a continuación es una de las más interesantes y probablemente más desconocidas de las que he recopilado en torno a nuestro distrito, y se refiere a la forma de expresarse de los antiguos paisanos de estas tierras. Aquí la tenéis:

Don Juan Hurtado de Mendoza, miembro de una destacada familia madrileña descendiente del Marqués de Santillana, publicó en 1550 un libro de poesías titulado “El buen plazer trobado” en el que podemos encontrar el siguiente poema:

Y si de afeyte y máscara gozáys,

Mostrándoos que a virtud andáys conjunto

yegua y potrico más de lo que andáys

y que de la virtud soys un trasunto,

supllicoos yo, pues en un breve punto

el gozo del hypócrita flautado,

que deys a trueco el falso contrapunto

por un buen canto llano descansado.


Tras el poema, el autor se ve en la obligación de explicar la utilización de la expresión “yegua y potrico”, y para ello hace referencia a un viejo cuento de Hortaleza, que promete, además, detallar al final del libro. Es una pena que no podamos conocer como era exactamente la fábula, pues el destino quiso que esta parte no se conservara.

En cualquier caso, lo que si sabemos del cuento es que trataba de una confusión debida a la forma de hablar de los hortaleceños, que habían acuñado esta curiosa expresión (yegua y potrico) para definir la distancia entre su aldea y la villa de Madrid; lo que significaba que el camino era de una legua y un pequeño trecho más, es decir: legua y poquito.
Esta expresión arcaica llevaba a un equivoco divertido, por el que un padrino se presenta a una boda con una yegua y un potro, por haber confundido distancia y equinos.


Dámaso Alonso.

Pero os preguntareis ¿Por qué los de Hortaleza decían yegua en vez de legua?

La respuesta creyó tenerla Don Dámaso Alonso, y en 1960 la expuso en el libro biográfico”Dos españoles del Siglo de Oro”. La teoría, de este lingüista extraordinario, era que esta característica del lenguaje podría ser un resto de yeísmo, fenómeno que se daba, según Menéndez Pidal, en la lengua usada por los mozárabes en la Edad Media, y que consistía en sustituir la “l” por la “y”.

Esta hipótesis nos podría hacer pensar en la posible fundación de Hortaleza, o mejor dicho: Fortaleza (que así se decía entonces), por familias mozárabes.


Torre campanario del monasterio de Távara (Zamora).
Beato mozárabe de Távara.
BIBLIOTECA LEONESA DIGITAL. www.saber.es

Ya sea por herencia de nuestros antepasados mozárabes o por que los de aquí siempre han tenido un sentido del humor a prueba de bombas, ahí quedo la expresión para la posteridad, gracias a un poeta del siglo XVI.

Así que ya sabéis, si os preguntan que dónde vivís, y queréis quedar como verdaderos hortaleceños, podéis responder con desparpajo:

¡A “yegua y potrico” de la Puerta del Sol!





Fuentes:

Dos españoles del Siglo de Oro / Dámaso Alonso.

Buen plazer, trobado en treze discates de quarta rima Castellana…/ Juan Hurtado de Mendoza.

http://www.saber.es/







4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un hortaleceño: ¡Gracias por este interesante blog!

Anónimo dijo...

La explicación sobre el yeismo no me cuadra.

Juan Carlos dijo...

Estimado señor Anónimo
Es usted muy osado al poner en duda la teoría de D. Dámaso Alonso, pero me temo que el que fuera director de la Real Academia ya no puede rebatirle, pues no se encuentra en el mundo de los vivos.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Juan Carlos por tu excelente trabajo. Me has hecho ver con los ojos de la historia lugares en los que ha transcurrido toda mi vida. Sigue adelante... Una hortaleceña.